Vivimos un tiempo en el que la mayoría de consumidores están dispuestos a no consumir un producto si detectan que la compañía fabricante no cumple con unos requisitos éticos mínimos. Las empresas cada vez están más expuestas y, por tanto, cualquier fallo llegará a oidos de los consumidores. Esto supone que las empresas sufran crisis y que estas tengan consecuencias negativas. La crisis se trata de un cambio que amenaza la imagen y el equilibrio natural de una organización debido a que se produce un acontecimiento frente al cual una organización tiene que reaccionar comprometiendo su imagen y su equilibrio interno y externo ante sus públicos.
La gestión de crisis consiste en contar con la capacidad para reconocer y actuar frente a este tipo de situaciones.
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